martes, 29 de diciembre de 2009

Dieguito

Por todos los cuentos que quedé debiendo en tu infancia, ahora trataré de inspirarme y brindarte una historia como mi regalo en tus 18 años y el pago de mi deuda.

A lo mejor voy a comportarme como una tonta sentimental de fin de siglo, y con muy poca técnica de escritura, pero, lo haré amparada en la idea de que los seres humanos tenemos diferentes formas de sentir y expresar y de que toda acción creativa surge de un estanque de energía sin forma que se toma y se usa a veces para escribir historias, poemas, pintar cuadros, hacer tapices, bordados, etc.

ADVERTENCIA: Este es un cuento de ficción y fantasía, cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia. (pero, así amamos generalmente las mujeres, y también algunos hombres, cuídate mucho de estas prisiones y recuerda el proverbio árabe que dice: "Quien no quiera sufrir dolores, aléjese de los amores".

PROLOGO

Espero en el cuento expresar lo necesario y realmente importante, aunque tala vez la vida vaya siendo una cadena de sencilleces, de lo cotidiano, que se va haciendo grande para algunos... Como lo fue para la protagonista de la historia en ese gran viaje que inició un día de agosto y que la transportó en un vehículo personal por caminos de recorridos insólitos y difíciles, pero, a la vez lleno de sensaciones mágicas y emociones profundas que la llevaron a caminar al borde del precipicio en la locura e inocencia del impulso que cae del cielo, que no tiene base de acción ni programa pre-fijado, incluyendo inseguridades y riesgos ya que estos impulsos irracionales nos muestran el umbral de un camino que puede ser destructivo y creativo a la vez. Por eso, es que a veces es difícil entender sii una aventura amorosa ha originado una explosión de actividad creativa y un nuevo disernimiento o si un nuevo disernimiento y una manera más creativa de mirar la vida nos ha arrastrado hacia una aventura amorosa.

En este mundo de la idea de la forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra; pero, aunque los seres humanos tenemos la voz y el lenguaje, muchas veces el amor nos juega una mala pasada dejándonos absortos y mudos. Tal vez sea porque el habla restringe nuestra experiencia de la realidad ya que al poner a cada cosa u rótulo erigimos una barrera entre nosotros y la experiencia. Además al confiar demasiado en el lenguaje ignoramos aquellas emociones que no pueden ser expresadas en palabras.

Así y todo cuando nos quedamos sin habla podemos recurrir a lo aprendido, a lo racional, a lo mecánico, a lo adquirido con método, es decir a lo escrito; valiéndose de metáforas, fábulas o cuentos; los cuentos de siempre, los cuentos que todos los niños del mundo viven escuchando hace miles de años.

Pero, este cuento va acompañado de nuevas y modernas versiones de la realidad y además no pretender maravillar a nadie, sólo contarlo para dejarlo registrado en los infinitos archivos del planeta y así no tener que cantar un día;
"A dónde van las palabras que no se quedaron
a dónde van las miradas que un día partieron
Acaso flotan eternas...etc.

PARA CONTAR Y CANTAR

Erase una vez una princesa que vivía adormecida en su mundo inconsciente y a la vez muy activa en su mundo consciente; se movía rápido junto a los demás, hacía miles de cosas y cumplía varios roles, era hija, hermana, madre, esposa, amiga, vecina, apoderada, etc. y como todo ser humano era llena de dualidades, alegre y triste, fuerte y débil, buena y mala, etc... pero, había caído desde hace muchos años en un sueño profundo...

A ella la llamaremos Lita...

Un buen día aparece en la comarca un hermoso, fuerte y gallardo príncipe, famoso por repartir besos mágicos y rayos de luz por sus ojos ladinos.

A él lo llamaremos Luis... o quizá nó, es poca cosa... él podría ser el mitológico Prometeo que robó el fuego del cielo para darlo a la helada humanidad... O Aries, el padre del zodíaco, el 1º que es fuego y acción... O el Emperador, en el tarot por su estructura, su ley, su orden; o el rey de Espadas por su mente clara y analítica... En la literatura lo llamaremos El Señor de los Anillos de Tolkien por el anillo misterioso que brilla en su dedo y en su corazón...

Mejor lo llamaremos el Príncipe Encantado porque encarna todo lo mágico y poderoso para esta Lita a la cual un día, un rayo loco del príncipe penetró en su alma y un beso fortuito se posó en sus labios. A partir de ese momento ella empezó a sentirse rara, inquieta, dormía mal y sus sueños venían difusos y cargaban mensajes extraños, ella no entendía que el subconsciente le hablaba a través de un velo valiéndose como siempre de sueños, símbolos y visiones queriendo despertarla.

El beso fue para ella un fuego poderoso, una chispa mágica que hizo estallar un sin número de ondas que fueron creciendo sin parar, formando parte de un espacio infinito e incontrolable ya que no se sabían a donde iiban, pero estaban en todas partes. Sintió que sus emociones más ocultas salían a la superficie y eso la asustaba, ya que cuando quería rescatarlas éstas se resbalaban de sus manos y desaparecían en el aire como pompas de jabón...

Sucedía que el príncipe con su encanto y poder de conquista la había hecho saltar de su adormecimiento para despertar a nuevas formas de sentir, de mirar, de amar y que la llevaron a recorrer los caminos del alma... y se enamoró... El pasó a ser su mundo, su amanecer, su sol, el dueño de sus sentimientos más puros y fuertes; pensaba en él noche y día, amaba todo lo que a él pertenecía, su voz, su forma de caminar, de hablar, etc. Quiso entonces tirar todo su pasado de letargo y jugársela por ese amor que le parecía tan completo, tan maduro porque estaba presente todo lo espiritual, lo físico, lo intelectual; entendió que existía esa indefinible alquimia de atracción poderosa que el tiempo iba matizando con tantos y tan lindos sentimientos.

Pero, cuenta la historia que Lita no quería sentirse sola recorriendo esos caminos y de una y otra forma se acercaba a él, aunque fuera para mirarlo y sentir su aroma; deseaba huir con él a las estrellas y quedarse por siempre a su lado. Le era difícil entender o tal vez reconocer que sus mundos eran distintos... El príncipe tenía el poder del fuego y de la luz y su mundo era la magia de los bailes y los besos en donde estaban otras princesas en diferentes puntos, cerca y lejos, que lo esperaban con sus trajes brillantes y sus joyas para brindarle sus encantos, sus sonrisas, sus figuras... Lita era para él sólo un momento, un juego, una pompa de jabón y una música que canta:

"No hay nada aquí
sólo una tarde en que se puede respirar,
un diminuto instante en el vivir,
después mirar la realidad
y nada más...

El caso es que Lita amaba sin ser alimentada por la salvia de su Príncipe, ya que por el contrario, el demostraba con descaro que... le era insignificante y pequeña, era como la criada que tenía amores con su patrón; él dominaba todos los espacios, cortejaba a todas las doncellas en su presencia y hacía alarde de sus conquistas y compañías, riéndose fuerte de las "incautas prisioneras del amor" como él las llamaba. En muchas ocasiones pisoteaba sus sentimientos y parecía que se los ensuciaba o se los hacía trizas y Lita se percibía frente a un ser humano frío y cruel, entonces lo veía como el Gigante Egoísta, prisionero de su ego y al cual ella permitía que ejerciera un gran poder sobre su naturaleza; pero... las cosas cambiaban cuando cada dos o tres meses él la miraba y la tocaba... Entonces ese Gigante Egoísta se le transformaba en el Flautista de Hamelín y al oir su música se dejaba nuevamente llevar por el encanto sabiendo que iba a entrar al centro de la caverna que se cerraba y la dejaba sola y a oscuras por largo tiempo.

Ella sabía que necesitaba ver la vida de otra manera, pero, le costaba mucho renunciar a los sueños y al encanto, sentía que lo amaba intensamente y que le hacía falta como el aire, el sol, la luz... Debía entender que las personas se hacer "señores" de su destino cuando enfrentan la vida tal cual es y no a través de rutinarios hábitos y defensas... entonces siguió entregándose a él en cuerpo y alma.

Un día el Príncipe dio un latigazo tan fuerte que llegó al corazón de Lita produciendo ondas de destrucción, de dolor y desengaño que ya no podía soportar; se sintió cansada, abrumada, pesimista con la vida... no había caso, la realidad la obligaba a darse cuenta que su Príncipe tenía el alma como noche de invierno fría y helada.

Y es que la conciencia aparecía como un disparo de nieve fría y dolorosa, como una mentira expuesta a la luz. Sentía que gastaba su fe en amores sin porvenir y así cantaba:

"Ojalá que las hojas
No te toquen el cuerpo cuando caigan
Para que noo las puedas convertir en cristal..."

Ya era el tiempo en que Lita debía abrir bien los ojos y tomar decisiones profundas aunque le trajeran confusión y llanto, recordó las rimass de Becker:

"Ni sé tampoco en tan terribles horas
En qué pensaba o qué pasó por mí
Sólo recuerdo que lloré y maldije
Y que en aquella noche envejecí"

Ella debió alejarse de lo que más quería, dejar de sentir su presencia, su voz, exigirse un retiro voluntario para separarse emocionalmente de él y de otras personas y actividades a las que una vez le atribuyó gran importancia.

Entendió que la rueda de la vida no se vuelve visible mientras no nos apartemos de ella ya que cuando estamos inmersos no vemos otra cosa que los acontecimientos que están antes y después de nosotros. Cuando nos retiramos podemos ver la totalidad del diseño.

Para conseguir todo esto, Lita se metió en una cueva oscura y puso sus emociones en algún rincón de su mente, acurrucadas y dormidas esperando el silencio. El insomnio y la fantasía se encargaron de procrear monstruos enormes, deformes, desnudos, revueltos; una confusión que se agigantaba a oscuras y que ella no podía sacar a la superficie para transformarlas al sol en flores y futos.

Era más fuerte la realidad, el mundo consciente, lo concreto, la razón. Entonces abrió la compuerta de sus ojos para que saliera el caudal de sus ríos; cerró la cajita mágica que tenía en su corazón de esa energía liberadora, tapó sus oídos, su boca y adormedió sus sentidos. En otras palabras "aprendió a vivir" para defenderse del desamor. Y así pasó un buen tiempo...

Un día a la distancia sintió la voz del Príncipe y esto la removió de su estado, sacó energía, volvió a sonreir y salió a su encuentro:

"Quizá me fuera necesario anoche
tomar la inútil decisión de verte,
así sea en el centro de la noche,
así sea en el centro de la muerte.
Mi corazón es un caballo alado
Mi decisión es una espera amarga
Yo volveré a buscar lo más amado,
Pese a la incertidumbre que me embarga.
Arriesgaré la piel por un encuentro...

Y arriesgó la piel, su corazón y mente para volver a sentir esa magia indescriptible en su cuerpo y en su alma. Fue para ella un encuentro de piel maravilloso que la llenó de alegría y así salió cantando:

"Hoy sé que no hay nada imposible,
anoche supe la verdad
creía mi alma inservible
pero, era cansancio vulgar nada más.
Tú eres el don de la brisa
Un ser de la resurrección
Un pájaro con una risa
Capaz de arrastrar a la noche hasta el sol"

Hubiera querido gritarle que lo amaba, contarle lo que había sufrido sin verle, sin sentirlo cerca; que le hacían falta su cuerpo, su voz, sus manos, su aroma y que continuaba siendo para ella su luz, su sol, su aire.

Pero, la pobre ya había quedado muda... y entonces no le quedó otra alternativa que recurrir a la imaginación para un día poder escribirle un cuento...

EPILOGO

Lita pagó caro el viaje que inició en agosto por esas sendas retorcidas que la hicieron dejar atrás el paisaje conocido y rutinario para ir hacia paisajes extraños y desconcertantes que fueron penetrando en todas las esferas de su vida, su mente, su imaginación, su corazón y su cuerpo, pero, que de no haberlo realizado no habría conocido la plenitud de amar intensamente, sola y comprometida con sus sentimientos y emociones. Sí se hubiera protegido del rayo del Príncipe se habría convertido en prisionera de sí misma y quedaría encerrada en los límites de su ego y en las máscaras de que debe mostrarr al mundo... y sabe que eso jamás satisface.

"Los amores cobardes
no llegan a hacer historia,
ni el recuerdo los puede salvar..."

Es verdad que este viaje le costó a Lita quedar muda, sorda, ciega, sin corazón y conocer el lado oscuro del amor recorriendo caminos diversos y difíciles, pero, a la vez transformadores y personales que le proporcionaron liberación y conocimiento de sí mismo y su verdad, aceptando sus emociones en profundidad para llegar a quedar sola con sus sentimientos que irán con ella, y morirán con ella, los asume como son y no teme al insomnio ni a la fantasía que seguirán procreando hadas y monstruos, pero, que un día abrirán el paso a las aguas profundas que acabarán por romper el dique que los retiene.

Lita, ahora ve al Príncipe tal cual es y no como ella quería que fuese; entonces ya no está a merced de fuerzas que no entiende. Ha madurado y comprende los límites de la vida.

Reconoce que la fuerza masculina de su Príncipe es importante por su dominio, su poder de conquista, su gracia, su razón y su voluntad, pero, las cualidades femeninas de ella, la intuición y la emoción están lejos de ser debilidades, ya que para librar los sentimientos profundos con amor y fe, no sólo se necesita fuerza sino también un gran coraje.

Amó a su Príncipe sin táctica ni estrategia, sin racionalidad, sin exigencia y con modestia al reconocer que pasó para él casi inadvertida, sin recuerdo, sin peso, así y todo canta:

Ando lento porque ya tuve prisa
Y llevo esta sonrisa porque ya lloré demás
Hoy me siento más fuerte o más feliz quien sabe
Y sólo tengo la certeza de que muy poco sé o nada sé
Es preciso amor para poder detenerse
Es preciso paz para poder sonreir
Es preciso lluvia para poder florecer
Pienso que cumplir la vida es simplemente comprender la marcha
Y seguir mirando hacia delante
Todo el mundo ama un día, todo el mundo llora un día
Uno llega y otro se va
Cada uno de nosotros compone su propia historia
Y cada ser en sí carga el don de ser capaz y ser feliz...
Como un viejo arriero llevando el ganado
Yo voy adelante tocando los días
Por el largo camino yo voy, yo voy...

Lita percibe que cada etapa de la vida conduce a la siguiente y que aunque intentemos detener el tiempo para permanecer en una situación, no está a nuestro alcance como mortales volver el ciclo de la vida al revés o detenerlo en el lugar deseado.

Quiere terminar aquí su viaje, bajarse del carro para seguir caminando absorta en sus pensamientos y recuerdos, desarrollando ojalá la agudeza para cambiar lo que pueda cambiar, aceptar lo que no pueda cambiar y aguardar en silencio para poder ver claro y distinguir las diferencias.

Hace una señal al Príncipe para avisarle que hasta aquí llega su viaje y que quiere despedirse, pero tristemente se da cuenta que él no está en el carro y que jamás se sintió su compañero de viaje.

Lita no hace otra cosa que asumir en totalidad la renuncia a la magia y al sueño y grita con fuerza y convicción a la eternidad:

¡COLORIN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO!

AGRADECIMIENTOS

- A la escritora María Luisa Bombal por su cuento El Arbol, que fue la inspiración de esta historia, mostrando a esa Brígida ciega a la luz, tonta e ingenua a la vida y al amor, que esperó tanto por ese Luis que nunca la entendió... Pero, que un día vislumbró la luz.

- A la academia de teatro de Fernando González que un día permitió la puesta en escena de fragmentos del cuento El Arbol en que más adelante se produjo la sincronía del teatro y la realidad.

- A la agencia de viaje que facilitó el vehículo, siendo lo bastante fuerte para soportar caminos llenos de baches y detenerse cada vez que se le pedía para tomar aire.

- Agradecimientos al compañero de viaje que aunque ausente e indiferente enseñó a Lita a conocer la angustia como precio de ser ella misma.

- Solidaridad también a esas princesas que compartieron los encantos del Príncipe, sus rayos, su luz, sus manos y su néctar, tal vez también sus ilusiones y desilusiones.

- Muchas gracias a Inti-illimani, Silvio Rodríguez y María Bethania por su música ya que al final la penumbra se hace arco iris del canto, y toda aquella angustia, todo empeño imposible, todo amor y soledad valen por esos instantes fecundos en que nace una canción o una historia.

- Gracias a esa energía sin forma que se puede usar para escribir cuentos y que permite vaciar los sentimientos y dar testimonio de ellos. También al papel y al lápiz, a las letras y sus combinaciones. Al taller literario de Fernando Valenzuela que con su afecto y respeto permitirá que este cuento conozca la luz.

- Por último, lo más importante, gracias energía del Cosmos, Amor Universal que me otorgaste la gracia de mi hijo Diego Andrés que hoy cumple 18 años y se presenta ante la vida sano, optimista e íntegro y me entrega la fuerza y la inspiración para escribirle un cuento.


Adela Valdés Harris
2000

No hay comentarios:

Publicar un comentario