lunes, 12 de abril de 2010

El primer tren - Parte IV


“El Copiapino”, el espacio en que se dio la pugna

"El Copiapino", periódico fundado por Vallejo en 1945, es el primer órgano informativo y de publicidad atacameño. Todos los negocios de la región estaban mediados por dicha publicación en la cual aparecían avisos tanto de productos como de servicios que movían los negocios con un vértigo que hasta ese momento nunca se había visto, ni siquiera en la capital. Médicos, dentistas, abogados y en general todo tipo de profesionales estaban obligados a anunciar su llegada a la zona a través de las páginas de “El Copiapino”. Los servicios de transporte, los itinerarios de los vapores a Puerto Viejo o Caldera eran informaciones vitales para todos los ciudadanos. Pero sin duda lo que más llamaba la atención del público de la época eran los anuncios de artistas y personajes de varieté que desde los más famosos escenarios del mundo se habían trasladado con sus espectáculos hasta la región obnubilados por el resplandor de la plata.

Sin embargo, si bien Jotabeche desde los inicios tuvo una postura progresista y partidaria de la instalación del tren, nunca pudo impedir que en su periódico aparecieran voces disidentes como las de un grupo de propietarios de birlochas, diligencias y demás carruajes de la zona hablando de la depredación que el ferrocarril provocará en la zona. Anunciando al mismo tiempo que no estaban de acuerdo bajo ningún punto de vista a que aquello ocurriera sin que ellos pudieran tomar las acciones necesarias para evitarlo.

Señor Director:
Nuestra naciente agrupación de propietarios de birlochas, diligencias, carretones y mulas desea precisar ante la comunidad local y nacional el grave deterioro que la instalación del ferrocarril provocará en la zona.

Además de dejar miles de personas sin la posibilidad de ganarse el sustento, de las muertes de hombres, mujeres, niños que se crucen por la vía habrá un daño que habremos de lamentar por los siglos de los siglos. La utilización de la leña de los bosques de la zona será un hecho que jamás podrá revertirse. El actual Desierto de Atacama llegará ahora hasta nuestras propias casas. Todos las acacias, los pimientos, los espinos, los algarrobos serán cortados para echarlos a la hoguera infernal que requiere el tren para su funcionamiento.

Por todo ello y por el futuro de nuestros hijos pedimos que la autoridad nos escuche definitivamente y tome las medidas para que se deseche de una vez y para siempre la construcción del ferrocarril que traerá sólo desgracias para nuestra querida zona de Atacama.

Al respecto, la reacción de Willians Wheelwright, el ingeniero estadounidense, que ya había asumido la dirección de las obras, cuando se le mostró el diario en ningún momento manifestó enojo ni tampoco le provocó ningún tipo de reacción. Quizás tenía muy claro que nada de lo que pudiera aparecer en aquel artículo podría cambiar un centímetro el plan que se había trazado para desarrollar su proyecto. Por lo demás, ya casi se había acostumbrado a esa forma tan particular de los chilenos de criticar toda obra que cualquier persona pudiera emprender. Tenía muy claro que aquel artículo no pasaría de ser una nueva bravata de quienes se oponían al desarrollo de las obras y que en los hechos eran muy pocas las acciones concretas que se podrían esperar de este tipo de organizaciones nacidas única y exclusivamente para interferir y obstaculizar cualquier obras que pudiera significar progreso. Por lo demás, ese tipo de conducta sí que tenía carácter universal. En todas partes en donde había pretendido iniciar una obra de adelanto siempre había encontrado detractores.

“El Copiapino” fue también quien acogió a Marcel Danus, el más famoso de los daguerrotipistas. Llegado al puerto de Caldera en el Perú uno de los barcos de la Pacific Steam Navigation Company,re la compañía de vapores de Willians Wheelwright, hubo de explicar latamente a Vallejo en que consistía este singular y revolucionario invento. Quizás lo especial del mismo era que recién había sido descubierto este prodigio que resultó ser a la larga un precursor de la fotografía. El creador del daguerrotipo, el francés, Louis Daguerre lo presentó sólo unos años antes en 1839. Su invento se le considera el puente entre la cámara negra creada por Johann Zahn y retocada por Joseph-Nicéphore Niépce, y la cámara de objetivo del alemán Joseph Petzval, también conocido como Jozef Maximilián Petzval. Las publicaciones del momento dieron a conocer el nuevo aparato a la sociedad, pero supuso sobre todo una revolución en el mundo de la información ya que permitió cubrir el seguimiento de la Guerra de Crimea y de la Guerra de Secesión estadounidense.

Convencido finalmente con tan contundentes argumentos Vallejos aceptó poner el aviso en un lugar destacado de las páginas centrales de “El Copiapino”:
- "Marcel Danus, afamado daguerropista francés, de visita sólo por un mes en nuestra ciudad, ofrece sus servicios a todas las familias copiapinas" .

En California Danus había pretendido antes hacer lo mismo, pero el resultado fue un infinito fracaso. Había allí tal enjambre de nacionalidades que el periódico no servía de nada. En cambio aquí en donde todo el mundo tan sólo habla castellano pensó que un buen aviso en el diario, sería suficiente.

Creo que Chile – señalaría después a Vallejo el francés - disfruta de una excelente prensa escrita. He sabido que ello ocurre al menos desde hace una década. En Santiago, Valparaíso, Chillán, Talca..., existen periódicos de bastante buena calidad. Ese es otro aspecto de vuestro país que me ha impresionado notablemente y señala una gran diferencia con las naciones vecinas. En el caso de su diario me advirtieron que se trataba de un periódico creado y dirigido por uno de los intelectuales más afamados del país. Una pluma prodigiosa, un hombre culto y muy crítico. Y, entiéndame bien, no es porque pretendo ser su amigo o porque yo posea simpatía por los liberales.

El diario, continuó diciendo Danus, yo diría, que es el motor, el corazón de una ciudad e incluso de un país. Todo lo que ocurre, todo lo que va a pasar se anuncia en el diario. Para vender, para comprar, los espectáculos, la llegada de grandes personajes, los itinerarios de los vapores, la lista de pasajeros...todo sale en el diario.

Finalmente Vallejo consideró que había llegado el momento de exponer su propia opinión sobre el tema:


Copiapinos:

Ha llegado el momento de la verdad. El momento de decidir entre el pasado y el futuro. El pasado significa volver a la pobreza, la miseria, el hambre y todo lo que siempre ha rodeado nuestra vida en la región; un futuro, en cambio, es el que permitirá sacar de una vez por todas provecho de la riqueza que el supremo hacedor ha puesto a nuestro alcance.

Si el ser humano no se hubiese interesado por usar y perfeccionar las herramientas, por ejemplo, todavía estaríamos rasguñando la madera, la tierra o los alimentos con las uñas. Hubo de ser creado el arado, la pala, el chuzo, la cuchara, el tenedor y el cuchillo para hacernos más fácil la vida y más placentera nuestra existencia.

Hoy en día el dilema es bastante similar. O seguimos trasladando el mineral, el correo, los víveres a lomo de mula o utilizamos un sistema mecanizado para su transporte. Seguimos acumulando el material en las canchas porque ninguna cantidad de animales ni de carruajes son suficiente o recurrimos a un medio poderoso como el ferrocarril el cual puede trasladar cantidades increíbles de carga, en menos tiempo y en forma segura indiferente de las condiciones del clima, del cansancio de las bestias o del apuro o desidia de sus propietarios.

El tren no es una empresa fácil de implementar. Todos sabemos que se requiere mucho dinero para instalarlo y mucho sacrificio para su construcción, sin embargo, estoy más que seguro que todo aquello será largamente recompensado con una mejor vida para todos. Nuestra región se lo merece. Los esfuerzos de nuestros hombres que día a día le roban la riqueza a la montaña por fin tendrá su fruto.

Y a los empresarios dueños de empresas de birlochas, tropas de mulas, carruajes y otros les advierto que con su actitud matonesca lo único que hacen es demostrar su desesperación de ver que el avance del progreso es inclaudicable e incontrarrestable.

JOTABECHE

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